# Recursos libres y cartografía colaborativa Si nos retrotraemos a nuestros primeros recuerdos, casi con toda seguridad, muchos de nosotros reconoceremos en ellos algún mapa. La fascinación de una hoja amarillenta con los bordes resquebrajados, trazando la ruta hacia un tesoro es, casi con toda seguridad, uno de esos primeros *lugares comunes* de nuestra infancia. En mi caso, además de ese pequeño Livingston que todos llevamos dentro, guardo especial recuerdo de mi primer atlas y del primer globo terráqueo girando a medida que mi dedo señalaba los distintos países. Los mapas siempre han estado ahí. Hoy, cuando gran parte de nuestra actividad está relacionada con la tecnología, las redes sociales y las interacciones personales *en línea*, si necesitamos un mapa, un navegador para ir de un sitio a otro o simplemente queremos saber dónde queda una dirección, todos terminamos en el mismo sitio. Pero *hay vida más allá del gigante de las letras de colores*[^1]… [^1]: La ética que subyace bajo el funcionamiento de las grandes corporaciones tecnológicas está, ante todo, supeditada a los intereses comerciales. En el caso de la cartografía deberíamos preguntarnos quién o qué determina qué muestra un determinado mapa y en base a qué intereses. Atendiendo al título de este artículo y tratándose de recursos libres y cartografía colaborativa, se hace imprescindible empezar citando a **OpenStreetMap**, tal vez, junto con Wikipedia, uno de los proyectos colaborativos más grandes y activos de cuantos existen; no en vano es popularmente conocido como *la Wikipedia de los mapas*. Pero por si aún queda alguien que no sepa de su existencia y sin ánimo de profundizar en aspectos técnicos, definiremos a OpenStreetMap (OSM) como un mapamundi de acceso, uso y edición totalmente libres[^2]. [^2]: OpenStreetMap® es Open Data (un servicio de datos de acceso libre), con licencia Open Data Commons Open Database License (ODbL) de la Fundación OpenStreetMap (OSMF).